La UCR transfiere innovaciones agrícolas para el desarrollo sostenible
Mediante la sistematización de prácticas agrícolas y la vinculación de saberes de las personas productoras se impulsan procesos de mejora continua

La Finca Santa Cruz, una unidad productiva de la Sede de Guanacaste de la UCR, tiene un fuerte componente intergeneracional, ya que se propone atraer a personas jóvenes hacia el sector agrícola y construir redes de aprendizaje colaborativo entre la universidad y las comunidades rurales. Foto cortesía Carlos Méndez
“La acción social es fundamental. Aquí no sólo investigamos; aquí formamos, compartimos y aprendemos con la gente”, afirmó el Ing. Carlos Méndez Soto, jefe de la Finca Experimental de Santa Cruz (ED-3703), un proyecto del Recinto de Santa Cruz, una instancia académica de la Sede de Guanacaste de la UCR (SG-UCR).
Desde esa finca se incentiva el desarrollo agrícola sostenible en la Región Chorotega mediante la educación continua para facilitar la conexión y la transferencia de saberes de nuevas técnicas agrícolas sostenibles adaptadas a las condiciones locales.
Desde hace más de cinco décadas la Finca Santa Cruz integra la Acción Social, la Docencia e Investigación universitarias para el desarrollo de cultivos con alto potencial comercial como el aguacate, la pitahaya, el mango, la papaya, la carambola y la guayaba. Como parte de su gestión se programan actividades formativas como talleres prácticos, días de campo y procesos de identificación de materiales genéticos promisorios, especialmente de aguacate criollo.
Aunque la finca transfiere conocimientos científicos a las personas agricultoras, lo más importante es la articulación lograda entre lo académico con las prácticas y saberes ancestrales que tienen las personas productoras locales. A esto se suma el aporte de estudiantes y de los técnicos agrícolas para fortalecer las capacidades locales y promover un modelo participativo. En los últimos 3 años se han realizado cuatro días de campo con una participación promedio de 50 personas, entre otras actividades llevadas a cabo. Durante estos encuentros se compartieron técnicas sobre variedades de cultivos, la poda y la fertilización, y se abordaron otros aspectos técnicos.
Uno de los principales logros del proyecto fue la identificación de 16 materiales genéticos muy prometedores para el cultivo del aguacate criollo, lo que abre posibilidades para su conservación, propagación y comercialización. “Estamos buscando financiamiento, esto puede generar un gran impacto económico para los productores. Con cada día de campo logramos que productores, técnicos y estudiantes compartan experiencias y soluciones. Esa es la riqueza del proyecto”, añadió Méndez.
“queremos que este sea un espacio donde se conecten saberes; que lo que se investiga en la universidad llegue a los productores, y que la experiencia de ellos también retroalimente lo que hacemos aquí en la UCR”
—Carlos Méndez Soto,
En suma, “queremos que este sea un espacio donde se conecten saberes; que lo que se investiga en la universidad llegue a los productores, y que la experiencia de ellos también retroalimente lo que hacemos aquí en la UCR”, detalló el Ing. Méndez.
La Finca Experimental de Santa Cruz tiene una extensión de 25 hectáreas, fue creada en la década de los años 70 del siglo anterior, gracias al convenio entre la ciudadana Carmen Brenes y el aporte del gobierno local para abrir el actual recinto universitario. Está adscrita a la SG-UCR y académicamente a la Facultad de Agronomía. Para conocer más del trabajo que ahí se realiza se puede escribir al correo electrónico agro@agro.ucr.ac.cr o llamar a los teléfonos 2511-3432 o 2668-060.
Vínculo social y productivo
Benito Villegas López, líder comunitario de la Península de Nicoya, y representante del Centro Agrícola Cantonal de Puntarenas, una organización de gran alcance que ofrece servicios financieros y productivos a agricultores del Golfo de Nicoya, destacó el aporte de la UCR. Según Villegas, “la agricultura ha estado abandonada por el Estado. La universidad juega un papel importante en la vinculación con agricultores y organizaciones de la zona. En una guerra, si no producimos nuestros alimentos, estamos en riesgo. Por eso este trabajo con la universidad es muy importante”.
Además de participar con la Finca Santa Cruz, Villegas también ha participado de las actividades desarrolladas por la Estación Experimental Agrícola Fabio Baudrit (FB-UCR), ya que su meta como agricultor es transitar hacia una “producción más orgánica, con el desarrollo de una biofábrica como alternativa a los insumos convencionales”.
Por su parte, Francisco Ramos Matarrita, un guanacasteco que dedica parte de su retiro a la agricultura de aguacate y pitahaya mediante su emprendimiento productivo Florafrut, ha convertido su finca en un laboratorio de campo para estudiantes universitarios que realizan prácticas profesionales, investigaciones de suelos, controles fitosanitarios y al menos cinco proyectos de trabajo comunal universitario han consolidado una relación recíproca entre el productor y la universidad.
“Yo lo veo como algo muy innovador y apropiado. Los productores necesitamos variedades más resistentes y productivas, no podemos seguir trabajando siempre con las mismas. La universidad tiene que ejercer ese liderazgo, no solo en la investigación, sino también en aquella que favorezca al agricultor directamente”
— Francisco Ramos Matarrita
Para Ramos la pertinencia de esta relación recíproca es más que evidente. “Yo lo veo como algo muy innovador y apropiado. Los productores necesitamos variedades más resistentes y productivas, no podemos seguir trabajando siempre con las mismas. La universidad tiene que ejercer ese liderazgo, no solo en la investigación, sino también en aquella que favorezca al agricultor directamente.”
En el marco del creciente interés por la pitahaya como cultivo estratégico para el país, la UCR seleccionó a Ramos para liderar el diseño y establecimiento de un campo experimental con 10 variedades diferentes, en una colaboración sin precedentes entre el productor y el cuerpo académico. Su experiencia como agricultor ha sido fundamental para construir este modelo, donde también se exploran las posibilidades de transformación industrial del cultivo.
Ramos reconoció que su motivación para colaborar con la UCR responde a un sentido de gratitud y devolución, al considerar que la universidad ha sido clave en su formación y en los avances de su finca.
Como parte de sus próximas actividades de la Finca Experimental de Santa Cruz, se espera la visita de un experto en pitahaya procedente de República Dominicana en el mes de octubre, lo que ampliará las posibilidades de intercambio técnico y validación de experiencias.
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