Durante el primer semestre de 2014, mujeres adultas del sector de San Juan, en Rincón Grande de Pavas, aprenden a leer con el apoyo de un proyecto de Trabajo Comunal Universitario (TCU).

Diego Chávez Vargas, estudiante de Arquitectura, y María del Carmen Vásquez Castillo, estudiante de Derecho, forman parte del TC-568 “Promoción de una cultura de respeto y solidaridad en el contexto de las migraciones en Costa Rica”, el cual lucha por el derecho a la educación; de ahí, propicia la alfabetización como punto de partida.

Mediante el desarrollo de nuevas herramientas y dinámicas, estos estudiantes universitarios buscan el progreso del aprendizaje grupal en poblaciones que se encuentran expuestas a un contexto de vulnerabilidad social.

El proceso de alfabetización inició con un grupo de doce personas; sin embargo, para las personas adultas concluir sus estudios no siempre es fácil. Por ejemplo, situaciones familiares, problemas de salud y necesidad de empleo fueron algunos de los obstáculos para que el grupo inicial pudiera finalizar el proceso. A pesar de lo anterior, el trabajo continuó con cinco personas, quienes se mantuvieron constantes tras recibir una atención más individualizada. 

Además del aprendizaje vinculado con la alfabetización, también se abrió un espacio para discutir y compartir situaciones personales y de la comunidad. Por ejemplo, se realizó un taller sobre el miedo, dirigido por la profesora Laura Paniagua Arguedas. A través de distintas dinámicas, las participantes pudieron expresar sus preocupaciones y discutieron maneras de afrontar diferentes problemáticas. 

La mayoría de las mujeres empezaron el proceso sin poder reconocer letras; al final,  alcanzaron reconocer y construir palabras y frases cortas. 

Georgina Fernández Carballo, de 45 años, una de las mujeres más constantes en el proceso, comentó que desde que iba a las clases sentía más seguridad para expresar sus ideas, y que había encontrado un ambiente de confianza que le ayudaba a no pensar, por unas horas, en sus preocupaciones cotidianas. 

Bingo Alfabético.  Con el fin de implementar juegos o dinámicas grupales para incentivar el proceso de aprendizaje, se creó un bingo alfabético. 

El bingo es un juego popular en la comunidad de Pavas y todas las participantes sabían cómo jugarlo, por lo que se adaptó para que en lugar de contener números, estuviera formado por las letras del abecedario.

Inicialmente, se sacaba una letra, se pronunciaba y, luego, se mostraba a las participantes para que las fueran marcando en sus cartones. A lo largo del juego, las participantes empezaron a reconocen la letra solo con la pronunciación, sin necesidad de mostrarla.

Posteriormente, se modificó el juego para que en vez de letras se utilizaran sílabas. De forma progresiva, se fueron añadiendo nuevas sílabas, por lo que al jugar se repasaba lo aprendido y se veían nuevas combinaciones.  El éxito del juego se repitió.

En general, la experiencia de trabajar en el proceso de alfabetización de adultos fue sumamente satisfactoria para el grupo de estudiantes a cargo. Al tratar de atender una problemática invisibilizada, como lo es el analfabetismo de poblaciones adultas, los y las participantes del TCU se sensibilizaron hacia las realidades de aquellas personas que por diferentes razones no han tenido acceso a oportunidades educativas básicas, lo cual tiene un gran peso en su calidad de vida. 

Según comenta Diego Chávez, “para el grupo fue sumamente agradable desarrollar un espacio donde, además de aprender, los asistentes encontraron un ambiente de confianza para expresar opiniones, analizar y exponer a los estudiantes universitarios las diferentes situaciones de su vida cotidiana”. 

Para este estudiante de Arquitectura, “el resultado más importante fue haber logrado que las personas asistentes se sintieran capaces de aprender y, además, que supieran que sus experiencias de vida son de interés para los estudiantes universitarios. Esto abre puertas para esas personas y, además, consolida el prestigio de la Universidad como agente social en comunidades menos privilegiadas”. 

Actualmente, el proyecto TC-568 se encuentra trabajando en el asentamiento Los Pinos de Alajuelita, en donde desarrolla un proceso de alfabetización con diez mujeres de la comunidad, contactadas a través de la organización Centro de Derechos Sociales del Migrante (CENDEROS).