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Jóvenes fortalecen habilidades para la vida por medio de metodologías lúdicas y recreativas

TCU brinda herramientas sociales y personales para prevenir el consumo de drogas


Fecha de publicación:


Mié, 15/07/2020

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Autoría:


Natalia Odio González (Unidad de Comunicación Vicerrectoría de Acción Social)

img-noticia-El TC-687 se enmarca en el enfoque de derechos humanos y equidad, para fortalecer los factores protectores y la construcción de oportunidades con las cuales se promueva el desarrollo social.

El TC-687 se enmarca en el enfoque de derechos humanos y equidad, para fortalecer los factores protectores y la construcción de oportunidades con las cuales se promueva el desarrollo social. Fotografía del TC-687.

El proyecto de Trabajo Comunal Universitario (TCU) Creación de espacios de fortalecimiento de habilidades para la vida que prevengan el consumo de drogas en la adolescencia y la juventud (TC-687) de en la Escuela de Enfermería de la Universidad de Costa Rica (UCR) tiene como objetivo afrontar el fenómeno de las drogas desde un enfoque de habilidades para la vida en poblaciones en condición de  vulnerabilidad social. 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define las habilidades para la vida como  “la habilidad de una persona para enfrentarse exitosamente a las exigencias y desafíos de la vida diaria”. Destacan competencias como el autoconocimiento, empatía, comunicación, toma de decisiones, pensamiento crítico y creativo, manejo de las emociones, entre otros. 

Esta iniciativa ha trabajado con jóvenes y adolescentes desde el año 2016 por medio de estrategias de apoyo educativo mediante el trabajo interdisciplinario. Con los años, ha consolidado alianzas con instituciones como el Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA), el Ministerio de Educación Pública (MEP) y organizaciones no gubernamentales como El Pueblito. Desarrollan talleres, intervenciones en espacios públicos, conversatorios, ferias y demás actividades para la expresión y fortalecimiento de las relaciones intra e interpersonales.

“En mi opinión, proyectos como este sensibilizan tanto al estudiantado universitario como a la juventud en general. Les confronta ante diferentes realidades generando el desarrollo de valores como la solidaridad y se elimina el estigma o la discriminación. Además, el trabajo entre pares es clave para aumentar las esperanzas de luchar por una vida mejor. La juventud merece oportunidades, y el TC-687 busca ser una de ellas”, expresó Daniel Martínez Esquivel, coordinador del proyecto.

Este proyecto se enmarca en el enfoque de derechos humanos y equidad, para fortalecer los factores protectores y la construcción de oportunidades con las cuales se promueva el desarrollo social. Según datos de la IV Encuesta Nacional sobre Consumo de Drogas en Población de Educación Secundaria del IAFA, realizada en el año 2017, los estudiantes de secundaria han aumentado el consumo de alcohol en comparación con las encuestas anteriores. De la misma manera, en el consumo de drogas como la marihuana se refleja un incremento paulatino del consumo y de iniciación, conforme se acercan a niveles académicos superiores.

Por medio de las actividades realizadas, este TCU ha llegado a más de 500 personas entre las que se incluyen jóvenes, padres y madres de familia y colaboradores. Para los y las estudiantes de las distintas carreras universitarias que conforman el proyecto, el trabajo en las comunidades ha sido de gran aprendizaje tanto personal como profesional.

“La experiencia en el TCU definida en una sola palabra sería, confrontador. Creo que este TCU tiene la capacidad de confrontarnos como estudiantes en diferentes situaciones que son ajenas a nuestra realidad y que mediante el enfoque que brinda -el de habilidades para la vida- permite que uno como persona genere un autoanálisis de las experiencias que uno vive en las actividades del TCU, permitiendo ver sus fortalezas y áreas de mejora para poder transmitir este conocimiento de las habilidades para la vida a las personas con las que uno trabaja”, expresó Enoc Hidalgo Guevara, estudiante de Enfermería. 

Por su parte, Valeria Solano, estudiante de Derecho menciona que “ha sido una experiencia sumamente gratificante, debido a que las actividades que se realizan son totalmente diferentes a lo que uno acostumbra en la carrera. Son actividades con un impacto social muy grande, que se traduce en mucho aprendizaje tanto para las personas que impartimos las actividades, como quienes participan de ellas”.

Actualmente, ante la emergencia sanitaria por COVID-19 el TCU se encuentra en la construcción de mecanismos para la virtualización de actividades. Se mantienen activos por medio de redes sociales y están trabajando en la coordinación para el entrenamiento virtual en habilidades para la vida con las instituciones aliadas. 

“En el futuro próximo, el proyecto está abierto al cambio. Continúa valorando la factibilidad de las opciones disponibles. Pienso que debe revolucionarse haciendo uso de las nuevas tecnologías de la información y comunicación para continuar trascendiendo sin dejar de ser sensible a las condiciones y a las oportunidades de la población beneficiada”, indicó Martínez.

 

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